La razón a la que se debe de que la educación sea un
fenómeno social es estrictamente basada en la teoría de la instrucción humana,
las aptitudes y habilidades que simplemente puede desarrollar el hombre en su
entorno ambiental.
Las capacidades e ideas humanas pueden consagrarse dentro del amplio marco social. El fenómeno radica en lo avasallador que logra ser, casi al nivel de una obligación por ser un ente propiamente gigantesco -una ola que arrastra todo, para que me entiendas- puesto sin la educación, se te imposibilita impregnarte en una relación comunitaria que no soslaye tu participación dentro de las actividades culturales e interraciales.
La educación es un fenómeno social porque te abre a diversas vertientes en el campo de la diversidad y bifurcación. El enigma de destinar las riendas de tu vida compone sin lugar a dudas, el efecto principal de la consumación de las ideas de una sociedad divergente.
Las capacidades e ideas humanas pueden consagrarse dentro del amplio marco social. El fenómeno radica en lo avasallador que logra ser, casi al nivel de una obligación por ser un ente propiamente gigantesco -una ola que arrastra todo, para que me entiendas- puesto sin la educación, se te imposibilita impregnarte en una relación comunitaria que no soslaye tu participación dentro de las actividades culturales e interraciales.
La educación es un fenómeno social porque te abre a diversas vertientes en el campo de la diversidad y bifurcación. El enigma de destinar las riendas de tu vida compone sin lugar a dudas, el efecto principal de la consumación de las ideas de una sociedad divergente.
La educación es además la
herramienta privilegiada de reproducción social, es decir, del mantenimiento
del orden social según la más antigua tradición cultural. En esto creo que hay
que detenerse un poco. Pierre bourdieu (2003) explica que el espacio social u
organización de la sociedad se funda en un capital cultural, es decir en la
herencia cultural -o más bien manera de ver al mundo- que ese espacio social
tiene. De este modo la sociedad se organiza en torno a valores determinados que
son los que en definitiva explican dicha organización. Así el espacio social deviene
en espacio simbólico, es decir en un conjunto de estímulos cargados de
diferente significación que, transformados en una especie de lenguaje, dan
forma a las perspectivas, prioridades, ideologías e intereses de los
componentes de cada grupo social; de esta manera la distribución del capital
cultural permite construir un espacio social y la institución escolar, mediante
el fomento de aquellas formas particulares de entender el mundo, ayuda a
reproducirlo y a mantenerlo a través del tiempo y de la historia.